La pandemia no confina la memoria

Por la crisis sanitaria desatada por el virus corona y el confinamiento obligatorio dispuesto presidencialmente, las actividades propuestas por organismos de DDHH para conmemorar los 44 años del golpe genocida cívico-militar-eclesiástico que dejó muertos, torturados, desaparecidos y la destrucción del sistema productivo nacional fueron canceladas oportunamente. Distintas iniciativas se barajaron como alternativas para mantener vigente el ejercicio de memoria, buscando la verdad y exigiendo justicia, en las redes sociales o en las casas particulares los simbólicos pañuelos blancos se multiplicaron por miles.  

La multisectorial 24 marzo del Cordón Industrial emitió un extenso documento donde repasa los antecedentes del golpe, los gobiernos de catadura neoliberal que se sucedieron en democracia golpeando duramente a la clase obrera de la región y la realidad latinoamericana “Hablar del 24 marzo del 76 es sintetizar la puesta en marcha la maquinaria aniquiladora de una generación como la condición excluyente para la implementación de un modelo de país antagónico a los aires que recorrían América de Sur” a mediados de la década del 70, indica el texto y recuerda a las víctimas del terrorismo de Estado en el Cordón Industrial  

Los firmantes piden que se acelere el trámite judicial para comenzar con el juico que se conoce como “Causa de los Trabajadores”, donde en el banquillo de los acusados estarán “los responsables de las desapariciones forzadas y asesinatos de compañeros del Cordón Industrial” y reclaman que el ex Batallón de Arsenales 121, de Fray Luis Beltrán y el predio de la Calamita, en Granadero Baigorria,  funcionen definitivamente como sitios de Memoria por haber sido centros clandestinos de detención durante el proceso militar,